Los mayas, los olmecas, zapotecas, mixes, entre otros, desarrollaban diferentes técnicas sin disponer de aparatos mecánicos complejos, primero drenaron pantanos, roturaron campos y construyeron canales. Los aztecas, por ejemplo, pasaron pronto de la quema de una pequeña área de tierra o milpa para la siembra justo antes de las lluvias, a la creación de chinampas, esos ingeniosos huertos permanentes sobre islotes flotantes, cuyo desarrollo requirió de un conocimiento científico notable.
Otro de los campos del saber que habían alcanzado un notable desarrollo eran botánica, psicología y mitología, que buscaba el equilibrio de las personas con todo cuanto las rodeaba. Los antiguos americanos conocían las fiebres y los trastornos respiratorios y digestivos, así como algunos remedios, entre los que destacan laxantes, astringentes, vomitivos y antiinflamatorios. Empleaban el sauce como analgésico, y el "cacaloxóchitl" -flor de cuervo- como cicatrizante.
En términos generales, la ciencia y la tecnología estaban inmersas en el entramado religioso que les servía de soporte existencial. Debido a eso desarrollaron una ciencia astronómica sorprendente. Durante la época prehispánica, culturas como las de los Toltecas, los Mayas y los Aztecas, alcanzaron por la observación un conocimiento avanzado de los movimientos que los astros tienen en la bóveda celeste.